Con una fastuosa ceremonia, el rey Carlos III y su esposa Camila fueron coronados este sábado en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres, en el primer evento de este tipo que vive el Reino Unido en 70 años.
Unos 2.300 invitados presenciaron el oficio religioso, incluidos la primera dama estadounidense Jill Biden; el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva; y los reyes Felipe VI y Letizia de España, además de cientos de representantes de la sociedad civil británica.
Entre los presentes también estuvieron el presidente de Francia Emmanuel Macron y su esposa Brigitte. Además, llegaron a Westminster los reyes de Países Bajos, Guillermo y Máxima.
La Abadía de Westminster ha sido el imponente escenario de la ceremonia solemne donde el monarca era ungido, bendecido y consagrado como nuevo Rey. Una liturgia con mil años de antigüedad que ha sido oficiada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby
El momento cumbre del acto llegaba cuando colocaban la corona sobre la cabeza del soberano, quien cerraba los ojos justo antes de ese instante tan simbólico. Después, se escuchaba en voz alta aquello de «¡God save the king!» (Dios salve al Rey).
Los Reyes de España han formado parte de la larga lista de asistentes -unos 2.200- que arropaban al nuevo jefe de Estado inglés. Entraban al templo justo por delante de Felipe y Matilde de Bélgica, seguidos estos a su vez por Guillermo y Máxima de Holand.
La princesa de Gales ha acaparado buena parte de las miradas, no en vano es una de las integrantes más queridas de la Familia Real británica por parte de su pueblo. En cuanto al look, Kate Middleton brillaba con su vestido bordado de plata y pendientes de Diana de Gale.
Muchas miradas estaban puestas este sábado en el reencuentro público de Harry con el resto de la familia real, tras la publicación en enero de «En la sombra» («Spare», en inglés), un polémico libro de memorias donde airea su mala relación con algunos de sus allegados.